Hermanos Díaz - Café Típica es una empresa familiar con raíces profundas en la tradición cafetalera del Perú. Nuestra historia comienza hace más de 50 años, cuando nuestros abuelos llegaron desde Mollepata a Santa Teresa y con amor y esfuerzo hicieron del café parte esencial de nuestra vida. Hoy, continuamos ese legado, ofreciendo un café de origen auténtico, cultivado de manera sostenible, con sabor, identidad y alma. Cada taza que compartimos es un homenaje a nuestra tierra, a nuestras raíces y al trabajo de generaciones.
S/. Consultar
Hace más de una década, en las montañas de los Andes, en un rincón escondido de la provincia de Convención, una familia de caficultores comenzó a cultivar una variedad de café que cambiaría la historia de la región. Con la pureza del aire montañoso y las aguas cristalinas que nutren sus tierras, los granos de café Convenciano se convirtieron en un secreto guardado por los lugareños.
Al principio, la familia vendía su café a pequeños mercados locales, pero pronto, la calidad inigualable de su producto comenzó a atraer la atención de los amantes del buen café. Cada grano, cuidadosamente seleccionado, tostado y empaquetado, se convirtió en una joya que destacaba por su sabor suave, equilibrado y un toque de dulzura natural.
S/. Consultar
Hace más de una década, en las montañas de los Andes, en un rincón escondido de la provincia de Convención, una familia de caficultores comenzó a cultivar una variedad de café que cambiaría la historia de la región. Con la pureza del aire montañoso y las aguas cristalinas que nutren sus tierras, los granos de café Convenciano se convirtieron en un secreto guardado por los lugareños.
Al principio, la familia vendía su café a pequeños mercados locales, pero pronto, la calidad inigualable de su producto comenzó a atraer la atención de los amantes del buen café. Cada grano, cuidadosamente seleccionado, tostado y empaquetado, se convirtió en una joya que destacaba por su sabor suave, equilibrado y un toque de dulzura natural.
S/. Consultar
Hace más de una década, en las montañas de los Andes, en un rincón escondido de la provincia de Convención, una familia de caficultores comenzó a cultivar una variedad de café que cambiaría la historia de la región. Con la pureza del aire montañoso y las aguas cristalinas que nutren sus tierras, los granos de café Convenciano se convirtieron en un secreto guardado por los lugareños.
Al principio, la familia vendía su café a pequeños mercados locales, pero pronto, la calidad inigualable de su producto comenzó a atraer la atención de los amantes del buen café. Cada grano, cuidadosamente seleccionado, tostado y empaquetado, se convirtió en una joya que destacaba por su sabor suave, equilibrado y un toque de dulzura natural.